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La Recena

La cultura alimentaria española se divide básicamente en 3 comidas: el desayuno, la comida y la cena. Existen otras comidas que los expertos recomiendan realizar como el almuerzo y la merienda, e incluso en los últimos años hemos importado de países anglosajones conceptos nuevos en nuestro país como el brunch. Pero existe otro momento para llenar la panza del que no se habla tanto y del que todos hemos dado cuenta en alguna ocasión, la Recena.

La Recena es esa comida extra que tiene lugar cuando trasnochas y a última hora tienes la necesidad de comer algo sólido antes de meterte en la cama. Realmente es algo normal si la noche se alarga, ya que si has cenado entre las 22:00 y las 0:00 y te dan las mil, no quedará nada en tu barriga de lo que hayas cenado esa noche.

Hablamos de comer algo a horas un poco intempestivas, cuando los zombis regresan a casa bañados por las mangueras de los equipos de limpieza que se esmeran en adecentar las calles. Es un momento que puede tener lugar en la intimidad del hogar o que se puede disfrutar con tus compañeros de salida nocturna antes de enfilar el camino a casa. Que mejor manera de cerrar la noche que sentarte delante de la Pulchra Leonina o en cualquier banco de la Plaza del Grano con un bocata caliente que prepare el cuerpo para coger el sueño. Incluso puede que si últimamente has estado en alguna boda, hayas visto salir de las cocinas a las dos o las tres de la mañana carritos con comida para reponer fuerzas.

Carrito Helados Coladilla en una boda

En León no todo son productos de calidad, embutidos de la tierra, hogazas de pan de pueblo, hamburguesas de buey, filetes de lomo de matanza o cuñas de queso de oveja. También hay barras pre-cocinadas que se calientan al horno, lonchas de queso cheddar en formato industrial o pechugas de pollos criados en granjas de engorde. La oferta nocturna no varia mucho de una ciudad a otra: bocadillos, kebabs, pizzas, churros, etc…

Ejemplo de comida basura nocturna

Viendo la limpieza de algunos locales o comiendo esos productos de dudosa calidad que nos gustaría saber cuantos incidentes digestivos producen a lo largo del año, toma cada vez más fuerza la opción de llegar a casa y atacar las reservas de embutido o incluso en los días que el antojo va más allá, de freír unos filetes de la carnicería de confianza (por ejemplo en Cárnicas Riaño puedes comprar las 24h del día) y bañarlos con queso de Valdeón para hacerte un bocadillo realmente bueno.

En Comer de León tenemos el convencimiento de que hay otro camino y que un modelo más tradicional tendría espacio en el mercado de la comida rápida nocturna sin incrementar mucho los costes, aumentando la calidad y dándole un toque leonés. No hay más que ver como en León tenemos pizzas como las de la Competencia y las de el restaurante Casablanca o hamburguesas como las del Bar Nevada o las de la cafetería Cidón del MUSAC.

Emplazamos a los hosteleros de la noche a reinventarse y ofrecernos productos acordes con la materia prima de la que disponemos en la tierra. Kebab de lomo adobado, bocatas hechos con pan de pueblo, empanadas estilo Domus Panis o hamburguesas de buey con queso Abuelo Aïtalas son algunas opciones.

Y a nuestros churreros les agradecemos que las tradicionales churrerías leonesas sigan abriendo sus puertas a los zombis leoneses más fieles, y que esas docenas de churros no solo sean un placer después de una noche de vinos, tapas y licores, sino un desayuno especial para los que madrugen en casa.

Churros de la Churrería del paseo de José Aguado

¡Disfrutad de vuestras recenas (con moderación)!

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